La campaña de Navidad y las rebajas de enero son periodos excepcionales para las ventas, pero también para los hurtos. La amplia gama de artículos en exposición, la intensidad comercial, la continua movilidad del inventario y la cantidad de personal con contratos temporales fomentan el robo de artículos.
Los minoristas explican que, en Navidad, “es más fácil ocultar artículos bajo las prendas de abrigo”. Por su parte, el director general de Checkpoint Systems en España y Portugal, David Pérez del Pino, añade “oscurece mucho más temprano y eso facilita la huida de los ladrones». Desde Checkpoint explican que los comercios con mayor índice de hurtos en España son las tiendas de moda (1,86%), joyerías y relojerías (1,66%) y establecimientos de bricolaje (1,44%). «Los productos más robados (por mercados) son en alimentación, los licores; en moda, los complementos; en electrónica, los accesorios de móvil, smartphones y tabletas; en bricolaje y jardinería, herramientas eléctricas; y, en cuidado personal, las cuchillas de afeitar», explica Pérez del Pino.
Además, España es el sexto país del mundo y el tercero de Europa en índice de pérdida desconocida en los comercios minoristas, sólo por detrás de México, Holanda, Finlandia, Japón y China, según el Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución realizado por esta compañía. Ante este alarmante dato parece necesaria una renovación de las medidas de seguridad pues las fórmulas tradicionales como guardias de seguridad o cámaras de vigilancia, ya no son tan fiables como antes. Los ladrones se han sofisticado y, para evitar que se salgan con la suya debemos adaptar las medidas para atraparlos aprovechando las posibilidades que ofrece la tecnología.
Por ejemplo, la tecnología RFID o Identificación de Radio Frecuencia puede adherirse a cualquier producto con unos dispositivos pequeños, similares a una pegatina, de forma que mediante un microchip y una antena realizan la función identificadora propia de un DNI. Este novedoso identificador permite recibir y responder a peticiones por radiofrecuencia de forma que cada producto puede ser identificado de manera única. «Podemos conocer en qué momento se fabricó, se distribuyó o se vendió. Si nos roban el producto y se recupera, se puede saber que es nuestro. No sólo permite descubrir que están robando, sino qué tipo de características tiene«, indica Pérez.
Además, estas etiquetas permiten gestionar de forma inteligente el inventario y mejorar el servicio que se ofrece a los clientes previniendo el robo incluso antes de que llegue a la propia tienda. De hecho, el 20% de las pérdidas se producen antes, en los centros de distribución o durante el transporte. Inditex, por ejemplo, ya ha implantado esta tecnología en un total de 1.417 tiendas en 64 países, y 47 naciones tienen completamente incorporada la tecnología.
Pero, como hemos dicho, la sofisticación entre los ladrones es cada vez mayor. Por eso, en Checkpoint desarrollaron hace tiempo una aplicación para dispositivos móviles ideada para administrar en tiempo real los sistemas de prevención antirrobo y luchar contra el crimen organizado en comercios minoristas. Envolve-Store fue creada por la necesidad de los retailers de encontrar formas sencillas de asegurar que los empleados de la tienda utilizan adecuadamente las soluciones antihurto, cumplen con las políticas de prevención del hurto de los comercios y tienen sistemas EAS (protección electrónica de artículos) siempre encendidos y funcionando correctamente. Así, esta app permite a los minoristas gestionar e incluso, mejorar la tasa de conversión de ventas a tiempo real, de modo que sea posible visualizar el número de clientes que compran en cada tienda.
Uno de los métodos más utilizados por los delincuentes es evitar la detección electromagnética protegiendo los productos robados dentro de una bolsa con una lámina de papel de aluminio, por eso también se ha inventado una tecnología que permite detectar a aquellos usuarios que entran a las tiendas con bolsas que contienen una cantidad de metal excesiva.
Además de esta solución, también destacan productos como “collarines de botella, para los licores más caros; spiders, arañas con cables expandibles que abrazan los envases; o keepers, cajas transparentes de policarbonato que se adaptan a cada producto”, explican desde Checkpoint. Todos estos métodos valen para evitar las pérdidas económicas de los productos robados.