La compañía española BQ ha presentado ayer su nuevo smartphone Aquaris X5, un terminal de gama media asequible con un cuidado diseño y el primero de BQ construido en metal. El teléfono llegará en noviembre a un precio que parte de los 230 euros y parece que en principio convivirá con la actual gama asequible Aquaris E y los gama media Aquaris M. El Aquaris X tiene 5 pulgadas (en este caso no hay más tamaños como en otras series Aquaris) y está construido en aluminio con acabado en color gris, plata u oro rosa.
En lo que respecta a la pantalla, parece muy similar a la del Aquaris E5 HD con panel IPS con los llamados “quantum dots” y resolución de 1.280 x 720 píxeles. El diseño es sencillo como es habitual en BQ aunque destaca el anillo exterior del cuerpo de aluminio y el grosor de sólo 7,5 mm.
El teléfono tiene doble ranura SIM (doble nano SIM) y por supuesto conexión 4G. Las cámaras son muy similares a las del Aquaris M, con sensor Sony de 13 MP, lentes f/2.0 y doble las en la principal y con 5 MP en la frontal (con sensor en este caso de Samsung) que también equipa un flash LED para mejorar los autorretratos.
En el interior, el móvil equipa el procesador de cuatro núcleos Snapdragon 412 a 1,4 GHz (uno de los procesadores más sencillo de 64 bits de Qualcomm), y habrá versiones con 2 o 3 GB de RAM y 16 o 32 GB de almacenamiento, que se puede ampliar con tarjetas micro SD. La batería es de 2.900 mAh con tecnología de polímero de litio y tiene otros detalles como radio FM, LED de notificaciones, doble micrófono y sonido con tecnología Dolby aunque no cuenta con NFC como las series superiores.
El terminal estará disponible en noviembre con precios que parten de 230 euros en el modelo de 2 GB y 16 GB de almacenamiento, y llegan hasta los 270 euros en la versión con 3 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento.