Llega un momento en que las empresas se replantean un cambio de su solución de backup. Puede ser por haber añadido contenedores o kubernetes a las cargas de trabajo, como respuesta a la estrategia en la nube, para cumplir con nuevas normativas o por muchos otros motivos. De hecho, Gartner predice que «para 2022, el 40 por ciento de las organizaciones reemplazarán sus aplicaciones de backup a partir de lo que implementaron a principios de 2018».
Pero, ¿qué es lo que debe preguntarse una organización para asegurarse de que la solución de backup que escoja le servirá para el futuro? Iván Abad, director técnico de Commvault ofrece algunas recomendaciones al respecto:
¿Permite manejar todos los datos? Gestionar múltiples productos de backup y recuperación en silos dispersos es una sangría en tiempo y recursos. Es más, significa que no es posible un acceso unificado a los datos para el gobierno, eDiscovery o procesos críticos de transformación digital. Las tareas de búsqueda deben hacerse por separado e integrarse con posterioridad, o bien realizarse en volúmenes de datos limitados. Por eso, gestionar todos los datos independientemente de la ubicación de los mismos (on-premise, entornos multinube, entornos virtualizados, físicos, aplicaciones, contenedores, etc.) es fundamental. Como lo es la capacidad de restaurar los datos rápidamente y en cualquier sitio donde se necesite.
¿Es sencilla? El día tiene un determinado número de horas y el panorama de TI cada vez es más complejo y demanda más dedicación. Por tanto, se necesita una solución que pueda simplificar y racionalizar esta complejidad. Busca soluciones que ofrezcan opciones de implementación sencillas y automatizadas, una interfaz de usuario intuitiva y la capacidad de definir SLA con facilidad. Desde la compra inicial hasta la gestión continuada del soporte y el mantenimiento, el software de backup y recuperación debe simplificar los procesos, no agregar más complejidad.
¿Es flexible? Es importante saber que la solución que se escoja permitirá hacer lo que la empresa necesita. Por ejemplo, que cualquier decisión o configuración de políticas, retención o comportamiento pueda ser cambiada si así se requiere en un momento dado. Hoy en día la evolución del entorno de TI es tan rápida que hay que tener en cuenta que probablemente haya cambios en un breve periodo de tiempo, por lo que la solución de backup debe ser lo suficientemente flexible como para adaptarse.
¿Es a prueba de futuro? Los requisitos tecnológicos, igual que los requisitos del negocio, cambian a toda velocidad. Probablemente, las necesidades de protección de datos de una organización no sean las mismas ahora que dentro de tres años. Puede ser difícil predecir qué necesitará un entorno en los próximos años, pero es posible optar por una solución de backup y recuperación que se mantenga siempre un paso por delante. Esto garantizará la agilidad que se necesita para mover fácilmente los datos empresariales o adoptar nuevas infraestructuras a medida que cambian los objetivos del negocio.
¿Cuál es el modelo de costes que se adapta a mi empresa? Los costes reales de una solución no siempre se ven a primera vista. Es necesario asegurarse de estudiar todos los elementos financieros relacionados con cada solución que se esté considerando. ¿Qué nuevos elementos se requieren para mantener viable la solución actual? ¿Se necesita algún otro producto? ¿Hardware específico? ¿Licencias adicionales? Es importante tener una imagen completa a la hora de analizar los costes derivados de continuar con la solución existente o de evaluar una nueva. Hoy en día hay muchas opciones de consumo de productos y soluciones, así que es importante investigar y evaluar cuál es la mejor para el negocio y las finanzas de la organización.