La inteligencia artificial está avanzando de manera impresionante en los últimos años de forma que, ahora, puede hacer funcionar sistemas que antes nos parecían de ciencia ficción, como los traductores, los asistentes de voz que comprenden el lenguaje natural, los coches autónomos, los sistemas de reconocimiento facial y muchas aplicaciones basadas en la capacidad de aprender de las máquinas.
Se están llevando a cabo fuertes inversiones en lo que respecta a esta inteligencia artificial. Grandes compañías de tecnología como Google, Microsoft, IBM, Apple o Facebook, e incluso las que trabajan en ámbitos empresariales, están trabajando para aplicar la tecnología artificial en distintos terrenos, desde sistemas para organizar el tráfico o para mejorar las ventas de una tienda, hasta para predecir los lugares y momentos en los que se puede producir un crimen en una ciudad.
Sin embargo, cada una de estas empresas hace “la guerra por su cuenta” sin que haya una compañía o una organización que sirva de nexo de unión. Es por eso que Elon Musk, CEO de la compañía Tesla, junto con Sam Altman (de la “aceleradora” o empresa de inversión en startups YCombinator), y con la colaboración de inversores, científicos de primera línea y empresas como Amazon Web Services han creado OpenAI, una organización sin ánimo de lucro que busca resolver este problema. Su objetivo no es otro que compartir avances y unir a investigadores y desarrolladores en inteligencia artificial para tratar de competir con una inteligencia artificial que busque el progreso y el bien de la humanidad, y no sólo la rentabilidad económica.
Entre los ejecutivos y científicos que estarán al frente de OpenAI se encuentran, además del propio Elon Musk muchos empresarios y científicos muy reconocidos en el campo de la inteligencia artificial como Ilya Sutskever, co fundador de DNNresearch, una compañía dedicada a la inteligencia artificial que fue adquirida por Google, y que será el jefe investigadores.
Además de compartir investigaciones o patentes relacionadas con la inteligencia artificial, crear estándares y, en definitiva, aunar esfuerzos para impulsar esta tecnología, OpenAI quiere conseguir que las máquinas sean creativas, que sean capaces de experimentar el mundo exterior o incluso soñar. En total, los inversores se han comprometido a aportar hasta un total de 1.000 millones de dólares, aunque se señala que es una inversión a largo plazo y esperan gastar sólo una pequeña fracción de esa cantidad en los próximos años. OpenAI no busca solo hacer avanzar la inteligencia artificial en beneficio de la humanidad y sino también protegerla del mal uso y que podría hacer un “daño inimaginable” a la sociedad, según explica en su carta fundacional OpenAI.
