Ha llegado el momento de replantearse crear frente a comprar

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Creo que el miedo que condujo al despliegue de importantes cantidades de recursos y presupuestos para prevenir el posible problema del año 2000 (Y2K), seguido del estallido de la burbuja puntocom, han tenido consecuencias imprevistas. Muchas empresas se volvieron extremadamente conservadoras en lo referente a la creación de productos y recurrieron a adquirir productos comerciales de forma automática en la medida de lo posible. En la actualidad, muchos equipos corporativos de TI se sienten más cómodos con el proceso de adquisición que pudiendo anticipar las necesidades del cliente y creando algo que diferenciaría a su negocio.

No estoy diciendo que los ejecutivos corporativos deban primar la creación, simplemente deseo desafiar el concepto, por el que se rigen muchas empresas, de comprar por defecto y reservar la creación únicamente como último recurso.

En la era de la nube, los elementos fundamentales de la creación han cambiado de forma notable. Hemos visto como nuestros clientes empresariales han recurrido a AWS para poder extraer el máximo valor de sus costes, esfuerzo y tiempo. Ha llegado el momento de reexaminar ciertos antiguos argumentos y refrescar las nociones sobre la creación frente a la adquisición.

Comprar es rápido, mientras que crear requiere una eternidad

Si lo analizamos, por lo general el cronometro se activa cuando la implementación comienza a demostrar que comprar resulta más rápido. A menudo pasamos por alto los meses, y a veces años, que requieren la toma de requisitos, valoración de proveedores, estudios comparativos, demos, registro de resultados, negociaciones y aprovisionamiento. Según mi experiencia, este proceso puede durar hasta 12 meses.

Muchas empresas están adoptando enfoques Agile, DevOps y la estructura de pequeños equipos descentralizados capaces de crear, testear y pivotar rápidamente en base a la información proporcionada por los clientes. En este sentido, hemos observado repetidamente cómo la nube de AWS permite a los creadores centrarse en el trabajo diferenciado de alto valor, ahorrando esfuerzos que generalmente se dedicaban a establecer y gestionar infraestructura que no generaba ningún valor para el cliente. 

Durante mi época en A+E Networks, en una ocasión recibimos una llamada un viernes antes de un puente. La petición consistía en crear una solución que permitiese retransmitir una reunión interna con numerosos participantes a nivel global de forma segura para el martes. El equipo recurrió a AWS Lambda para crear, testear y desplegar el portal interno a lo largo del fin de semana. La solución fue escalada para proporcionar soporte a cientos de transmisiones concurrentes durante el evento y, al poco tiempo, fue reducida. Eso es agilidad. Dudo mucho que hubiésemos sido capaces de firmar acuerdos de confidencialidad en dos días si hubiésemos optado por la opción de comprar.

Siempre resulta más barato comprar que construir 

A menudo se compara el coste de las licencias y mantenimiento de productos comerciales con el coste de crear una solución completa internamente. Pero lo que a menudo se ignora es el coste de las adaptaciones y parches que requieren los productos comerciales para lograr cumplir con los requisitos específicos de una implementación concreta, el esfuerzo de integrar la solución con otros productos corporativos, la labor de limpieza de datos necesaria y la conversión. 

En la actualidad, gracias a AWS, los creadores tienen la capacidad de aprovechar bases de datos creadas a medida, APIs avanzadas y modelos de pago por uso, así como la flexibilidad de escoger entre una amplia gama de servicios. Por ejemplo, nuestro equipo en A+E migró desde un producto comercial para la creación de informes suministrado por terceros mediante la creación de una solución empleando servicios nativos de la nube, desde la capa de base de datos a la aplicación, que terminó por reducir nuestros costes, desde varios miles al mes a 5 dólares al día, al tiempo que mejoró la experiencia de los clientes.

No deberíamos crear, porque no somos Amazon (o cualquier otra empresa de tecnología) 

Este argumento, que a menudo he escuchado en múltiples sectores, no capta la realidad del software ni de la tecnología en general. Confiar en productos tecnológicos avanzados y escalables para impulsar el negocio puede contribuir a diferenciar el producto principal. Puede proporcionar la capacidad de innovar con mayor rapidez para crear nuevos elementos de contenido o un vehículo. Puede aportar eficiencia mediante la reducción de costes para poder lanzar ese producto al mercado con mayor rapidez. En la economía digital, la tecnología constituye un elemento facilitador que puede llegar a abrir nuevos caminos para distribuir productos y servicios, así como alcanzar nuevos mercados y consumidores que anteriormente quedaban fuera de nuestra órbita.

La tecnología ya no es una función del back office, sino un diferenciador para acelerar los negocios. Gracias a la nube, los creadores no solo han expandido el alcance e impacto de sus herramientas, sino que ahora también cuentan con acceso a recursos específicos, creados a medida para cada propósito. Los modelos de operación y ejecución mediante equipos reducidos descentralizados, Agile y DevOps han acortado notablemente el tiempo de lanzamiento, a la vez que han limitado el riesgo de realizar grandes inversiones sin éxito. Ha llegado el momento de revisar algunos supuestos clave cuando nos planteamos crear frente a comprar.

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Enterprise Strategist de Amazon Web Services

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