La administración de Donald Trump sigue en su cruzada arancelaria y comercial contra la tecnología de China y hoy se ha sabido que Estados Unidos va a incluir hasta 28 nuevas compañías chinas de tecnología en su lista negra. En la lista estarán compañías de gran importancia en segmentos como la videovigilancia como Dahua o Hikvision y la excusa es en este caso el tratarse de empresas que comercializan y desarrollan tecnología de visión artificial o reconocimiento facial y la entrada en su “Entity List” significa que no podrán adquirir componentes de compañías norteamericanas, como le ha sucedido a Huawei, que ha tenido que presentar su último smartphone Huawei P30 sin el sistema Android y las aplicaciones de Google aunque equipado con Android AOSP, que es el sistema en su base de código abierto.
La administración norteamericana ha argumentado que la medida se ha tomado por el trato del gobierno chino a las minorías musulmanas. Así, el departamento de comercio de EEUU ha declarado que “las entidades han sido implicadas en violaciones y abusos de los derechos humanos en la implementación de la campaña de represión, detención arbitraria masiva y vigilancia mediante alta tecnología de China contra uigures, kazajos y otros miembros de grupos minoritarios musulmanes”.
Evidentemente, las compañías afectadas ha protestado de manera enérgica y han señalado que estas sanciones sólo servirán para perjudicar a la economía de EEUU y las relaciones de empresas globales con la administración Trump. Al igual que Huawei, todas ellas niegan estar controladas por el gobierno chino o sus servicios militares y de inteligencia, y la propia Huawei ha interpuesto una demanda por las restricciones de EEUU.