Son tiempos difíciles para los fabricantes de televisores, y más todavía para los que fabrican todavía sus propios paneles. Competencia durísima de grandes compañías como LG o Samsung en el desarrollo de nuevas tecnologías y los escasos márgenes del sector han hecho que Sharp, una de las marcas pioneras en el desarrollo de los televisores LCD haya decidido dejar el mercado vendiendo las acciones y fábricas de sus plantas de México al fabricante chino Hisense. La adquisición se ha llevado a cabo por 23’7 millones de dólares con derechos de uso de la marca Sharp y todos sus recursos de canal, tanto en el norte como en las regiones de América del Sur y permitirá a Hisense controlar totalmente el negocio de televisores de Sharp en estas regiones.
A pesar de que todo el negocio de televisores pasará a manos de Hisense, de manera similar a cómo Philips vendió su unidad a TPV (aunque Philips no fabricaba los paneles de sus televisores), la compañía mantendrá la propiedad de otros productos de electrónica de consumo. Hisense espera ganar mercado con esta adquisición tanto en el Norte como en el Sur de América y que sus ingresos en estas regiones aumenten en 2 mil millones de dólares. La compañía china ha anunciado que en breve dará más detalles de la adquisición.
